Si hablamos de los vehículos eléctricos, es un tema que siempre llama la atención; por ser novedoso y algo relativamente nuevo. Aunque en España aún no terminan de dar el paso definitivo, en otros países sí están completamente integrados.
Tan sólo el 16% de las compañías tienen intención de sumar estos coches a su flota. Aunque la movilidad eléctrica y las fórmulas que la ponen en valor, como el carsharing, han ganado popularidad, todavía necesitan recorrido para ser una solución consolidada en el mundo corporativo.
Más allá del principal problema, que es los escasos puntos de carga, también existen problemas de autonomía y por supuesto el alto precio de compra.
El plan Movea se pondrá en vigor a mediados de octubre. Dicho plan está generando ciertas dudas en el sector, lo que explicaría que las compañías españolas con vehículos eléctricos en su flota, se hayan reducido de un 10% a un 6% en el último año.
En relación con los países de la Unión Europea, España está situada en la parte baja de la tabla, dónde Holanda lidera aplicando esta tecnología hasta alcanzar el 35% de su flota en un futuro cercano. Esto se da porque Holanda cuenta con una red de postes de recarga diez veces superior a la de España y sus ayudas para la compra de vehículos eléctricos son más sustanciosas.
Otra de las conclusiones que revela el CVO es el freno en la tendencia de la conducción compartida entre las empresas. De esta forma, sólo el 17% de las compañías, frente al 27% del año pasado, considera el casharing como solución de movilidad, lo que evidencia que todavía no han interiorizado lo suficiente la economía colaborativa en su modelo de negocio.
El Diesel sigue siendo el principal sustento de los vehículos. Y, dado que aún habría que hacer muchos cambios en España para insertar a los vehículos eléctricos de manera viable y salga rentable, el vehículo eléctrico es el futuro del desplazamiento.