Hands of mechanic touching tyres in repair garage
Para saber si la necesidad es urgente existe un método rápido y sencillo. Solo hace falta colocar un euro en posición vertical sobre la banda de rodadura: si el borde dorado de la moneda queda cubierto por la goma, significará que el neumático es todavía utilizable.
Con un dibujo en malas condiciones, las distancias de frenado y el riesgo de aquaplaning en caso de lluvia se incrementan de forma exponencial, además de verse penalizado el agarre del vehículo en cualquier circunstancia. Por debajo de los 1,6 milímetros obligatorios, un neumático que rueda sobre mojado a 90 km/h pierde casi por completo el contacto con el asfalto, y si esto ocurre el vehículo queda fuera de control. Cuando los neumáticos ya tienen cierto desgaste, conviene coger ese euro y verificar que siguen estando en condiciones para circular con seguridad.
Por si hay alguna duda, todos los fabricantes de neumáticos incorporan unos testigos que resultan visibles cuando se alcanza la profundidad mínima. Sin embargo, es mucho mejor no apurar tanto para evitar un susto. También existen medidores muy económicos (y de gran exactitud) que pueden ayudar en esta tarea, pero el truco de la moneda siempre funciona.
Por otra parte, no solo hay que fijarse en el dibujo. Un neumático puede estar en mal estado aunque mantenga la profundidad, ya que con el paso del tiempo la goma se deteriora, especialmente si el vehículo pasa mucho tiempo estacionado en la calle. Si se ven síntomas de grietas en los laterales, hay que cambiarlos urgentemente.