El verano es la época del año en que más cogemos el coche. Estamos de vacaciones y lo utilizamos para ir a la playa, a la montaña o al pueblo, para hacer excursiones, etc.; pero también sufre un gran desgaste. El sol, el calor y las altas temperaturas, tanto en el interior como en el exterior, provocan ciertos daños a nuestro vehículo, y en las zonas de costa el salitre puede ser muy corrosivo para el automóvil. Por eso vamos a ver una serie de consejos para proteger nuestro coche en verano y evitar averías.
Lo primero y más importante es proteger del sol el coche, por lo que intentaremos aparcar a la sombra o a cubierto siempre que sea posible. Está claro que no siempre encontrarás el mejor sitio para estacionar tu coche, así que si ves que pasará mucho tiempo al sol deberías cubrirlo con una lona para protegerlo. Para hacer más agradable el regreso al coche, un parasol -delante y detrás- evitará que la temperatura del habitáculo suba en exceso, y los protectores para el volante te evitarán las típicas quemaduras.
Aunque es un habitual todo el año, en verano se acentúan los efectos del salitre en los coches si vas a la playa o vives en la costa. Este enemigo invisible es el culpable de la corrosión, tanto de la pintura del coche como de las piezas metálicas del interior, por lo que deberías poner un énfasis especial en evitar sus efectos. Evita, siempre que sea posible, carreteras paralelas a la costa en días de viento y oleaje, y si no hay alternativas limpia rápidamente el coche cuando llegues a tu destino.
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